sábado, 24 de abril de 2010

Lo prometido es deuda


Bueno che, volvimos a Perú. En Taganga no conseguimos nada para laburar así que partimos directamente a Cuzco. Un viaje de micro en micro de unos cinco días. Magnifico, no saben. El peor viaje fue de Lima a Cuzco porque hay muchísimo precipicio y curvas cerradas que son vomitivas. Pero antes de subirnos a ese bus tuvimos la suerte de tener unas horas para recorrer de nuevo la ciudad e ir en busca de lo prometido. La foto de Nelly, la dueña del hostel Iquique donde nos hospedamos el Lima. Encontramos a la genia de Nelly al mediodía y nos invitó a comer. En realidad ella tenía que irse a un almuerzo pero nos dejó en manos de Manuel, su sobrino, que es cheff y nos hizo comida peruana de la buena. De todos modos con Nelly tuvimos la posibilidad de charlar un buen rato, siempre amable y buena onda. Se acordaba de todo lo que le habíamos contado y estaba muy contenta de vernos nuevamente. La pasamos bien en nuestra corta visita por Iquique, nos hubiera gustado quedarnos unos días pero no era posible. Acá les dejo la foto prometida.

jueves, 8 de abril de 2010

Gurpal


Si, no escribí mal, Gurpal. Así se llama otro de los amigos que nos hicimos en Taganga. El flaco es de Londres, y se viajó la vida. En este viaje (porque hizo otros) nos contó que visitó Canada, New York, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Perú, Bolivia, Argentina y Brasil. Nos contó que Buenos Aires le gustó mucho e inclusive va a volver antes de su regreso a Londres. Ahora, cómo hizo todo esto? No tengo la menor idea. Lo que sí sé es que tiene una suerte enorme, o es muy talentoso en lo que hace (o vive en un país de primer mundo) Por qué? El señor pidió un año de licencia en su trabajo y se lo concedieron. Yo le preguntaba, pero por qué? (con todo de desesperación) y él simplemente me dijo que hace cinco años que trabaja allí y que aparte el jefe le dijo que no quería que él trabajara en otro banco. Yo no sé qué clase de empleado es Gurpal, pero como persona nos pareció un tipo genial. Gracias por compartir con nosotros este tiempo en Taganga, esperamos que nos visites pronto en Buenos Aires, y si se produce un milagro esperamos verte quizá en Londres.

miércoles, 7 de abril de 2010

¿Perú o Colombia?


Durante el fin de semana en Cartagena tuvimos mucho tiempo para pensar. No estábamos contentos con dejar colombia. Nuestro destino después de Cartagena iba a ser Perú, Chiclayo, para conseguir algún trabajo pero esa idea no nos gustaba. Estábamos arrepentidos de no haber preguntado en Taganga si había algún trabajo para nosotros, nos conformamos con ver que no había carteles que pidieran empleados. Solo el último día vimos que un hostel solicitaba empleada de medio turno. Sabíamos que no habíamos agotado todas las posibilidades allí y eso no nos dejaba tranquilos. Creo que tardamos un par de horas en buscar la información necesaria, hacer cuentas y finalmente modificar nuestro plan. El lunes partiríamos a Taganga con el objetivo de buscar trabajo y sino seguiríamos camino.

Oh!! Que deprimente!!


Nos habían informado que las playas no eran las más lindas del país, aunque casi siempre cuando se habla de Colombia se piensa en Cartagena. De todos modos fuimos a conocer las playas y resultó que al final tenían razón, son malísimas!! Una decepción. Primero encontramos playas extensas, de arena fina color oscuro, un mar bravo y con muchísimo viento, pero quisimos darle una oportunidad. Caminamos un rato para buscar un lugar donde sentarnos, así nos chocamos más adelante con playas angostas, que en la orilla tenían arena negra y el mar parecía del mismo color. Así como veníamos caminando, seguimos caminando y seguimos hasta llegar de nuevo al hostel. La oportunidad duró poco.

Otra vez esos malditos cheques


El segundo día hicimos un recorrido por el centro histórico, pero de día, seguía siendo bello. Y por la tarde nos dedicamos a ir al banco (aquí atienden hasta las siete de la tarde). Resulta que otra vez nos olvidamos que era Semana Santa y el banco estaba cerrado, al día siguiente tampoco estaría abierto porque era viernes santo así que sólo nos quedaba probar el sábado (que también abren). En resumidas cuentas, los sábados la caja de divisas (la que hace cambio de dólares o cheques) esta cerrada, así que en vez de quedarnos dos noches, como teníamos planeado, tuvimos que quedarnos todo el fin de semana, cinco noches en Cartagena. Por suerte esta vez teníamos plata, los cheques los necesitábamos cambiar porque no nos alcanzaba para comprar los pasajes.

Al final esos cheques malditos siempre haciendo que modifiquemos nuestros planes, o peor, dejándonos sin comer! Pronto nos vamos a deshacer de ellos! jo jo jo

La Santísima Trinidad


Durante la caminata nocturna, que tenía como objetivo más que nada conseguir un lugar para alimentar nuestro estómago sin que nos arrancaran la cabeza, descubrimos la Plaza de la Santísima Trinidad, gracias a ella comimos todas las noches.

Allí en la plaza había numerosos puestos para comer con diversos platos: panchos, hamburguesas, bochettes y arepas... pero nosotros comimos sólo:

Tacos y Kebbabs

De pollo, jamón, queso y verduras.

Y pizza, a nuestro pizzero estrella

Yo comía de pollo, Gonza hawaiana


Todo super riquísimoooooooooooo!!!

Cartagena

Llegamos a Cartagena a las seis de la tarde, ya era de noche. Me encargué de llamar a unos hostels que teníamos anotados y reservé una habitación en uno cerca del centro: Casa Venecia.


No esta ubicado en el mejor barrio de Cartagena pero es una zona relativamente barata. En el centro todo es muy caro, dormir en la ciudad amurallada no baja de 50 dólares la noche, y un plato de comida está mínimo unos 30 dólares. Se imaginan que no entraba en nuestro presupuesto. Lo bueno del lugar donde nos hospedamos es que es bien Colombiano. Si bien hay muchísimos hostels, porque en algún lugar tenían que hospedar a los “mochileros” -o valijeros en este caso-, el lugar es poco turístico. De todos modos, queda a tres cuadras del centro histórico, o sea que es bastante cómodo. El primer día dimos una vuelta por la ciudad amurallada pero de noche. Es verdaderamente hermoso, todo estilo colonial, calles angostas, construcciones bajas con balcones adornados con flores de colores.



Y no nos quedó otra...


A la mañana siguiente nos despertamos tarde, debíamos dejar la habitación a las once de la mañana y eran las once menos diez y recién abrímos los ojos. Decidimos quedarnos un día más, podríamos ir a Cartagena dos días, total sólo nos habían recomendado la ciudad, las playas decían que eran feas. Sí, Taganga y Bay View provocan esto, que uno posponga y modifique todo tipo de plan, les puedo asegurar que una vez dentro de Taganga no se puede salir. Inclusive le llaman al pueblo “Sal si puedes”, así que evidentemente no somos los únicos que sienten esta atracción, casi adicción se podría decir.

Gonza se levantó para avisar que nos quedaríamos una noche más y allí vinieron las malas noticias: Nuestra habitación estaba reservada!!! No sabían cómo pedirnos disculpas, lo que sucedió fue que como avisamos que nos íbamos esa mañana, ellos habían reservado la habitación a otras personas. Maldita semana santa. Igual creo que era la única manera de dejar el hostel, nos tenían que obligar, que echar. Juntamos las cosas y nos fuimos esa misma mañana para la terminal. Los micros a Cartagena salen cada media hora, así que tomamos uno a las 13.30. Creo que no hablamos en todo el camino desde Taganga hasta la terminal, estábamos tristes. De todos modos, teníamos que seguir camino. Próximo destino Cartagena.

Cena Despedida


Después de pasar unos lindos siete días, la última noche en Taganga fue un festejo. En realidad estábamos tristes por dejar tan hermoso lugar, y no sólo por las playas y el pueblo, sino también por la gente que conocimos, Alan y Marcos, y por lo bien que nos sentimos en Bay View, el hostel. Fue el primer lugar, desde que comenzamos el viaje, que lo sentimos como nuestra casa. Supongo que por la gente que atiende el lugar, que lo hace con el corazón, la paz (aunque los últimos días días cayeron tres colombianos que se ponían a tomar desde las nueve de la mañana con la música al palo), lo pequeño del pueblo y lo amable que es la gente. Y ni hablar que el paraíso comienza a tres cuadras, unas playas bellísimas.

Volviendo a la última noche, quisimos hacer una cena junto con Alan y Marcos para agradecerles por su amistad. Gonza cocinó un pescado (Pargo rojo) a la parrilla, que lo acompañamos con arroz al ajo, plátano frito y puré de arvejas. Todo salió de maravilla, y disfrutamos mucho de esa cena. Alan andaba yendo y viniendo porque no podía dejar de atender a los huespedes -aclaro nuevamente que Alan y Marcos trabajan en el hostel, Alan por la noche atiende la puerta y todas los pedidos de los huéspedes y Marcos está en el bar-. Mientras charlábamos con los chicos creo que en lo único que pensábamos era en cómo hacer para quedarnos más tiempo, definitivamente queríamos permanecer allí meses. Antes de acostarnos supongo que los dos sabíamos que no nos íbamos a ir al día siguiente..

Bebidas Colombianas



La gaseosa, Colombiana, es otro ejemplo de gaseosa sabor jarabe que parece que fabrican en cantidad en América del Sur, excepto en Argentina (Gracias a Diós!!). De todos modos la que la supera en jarabe y gusto a chicle bebible es Roman kola. Es tan buena como el nombre...

En Colombia tienen una marca de gaseosas que es la Postobon, viene sabor naranja, pomelo, manzana (la bebida es de color rosa!!!) y uva (como la de la foto), es una gaseosa con un rico sabor a fruta -excepto la de uva, que es un caramelo sugus- y levemente gasificada. Bastante bien. Y en cuanto a jugos, el mejor es el Hit, barato y sabroso. Viene en botella de vidrio y tiene muchos sabores, de piña, mango, naranja, tropical -naranja, piña y banano (aquí le llaman en masculino a la banana)-, etc.



En cuanto a las bebidas alcohólicas, cervezas tenemos Aguila (la que toman todos), Pilsen, la que nos acompañaba en Bay View todos los días, y la costeñita, una que se parece a la brama argentina pero un poco más fuerte y viene en una botellita bien pequeña de vidrio color verde. Muy simpática.

También toman mucha agua ardiente y ron, las marcas buenas y conocidas (bacardí-havana club, etc) son super caras (treinta dólares la botella) y las colombianas son malísimas. Lo más interesante es que vienen en cartón, como si fuese cepita.


Yapas III

Les dejo aquí la foto del agua en bolsa que venden en Colombia.


Que la disfruten!!