miércoles, 19 de mayo de 2010

Maldito hijo de puta

No se asusten, el viaje estuvo bien, el señor fue súper amable. A mangarativa hay en auto un poco más de una hora de viaje. El taxista tenía una camioneta ford muy moderna, nos mostró de todos modos que estaba asociado al sindicato de taxis. Charlamos todo el viaje, nos fue indicando por donde iba y llegamos a Mangarativa. Muy bonita, una bahía al estilo Taganga pero como cien veces más grande y con muchísima más población obviamente. Nos dejó en el puerto, donde debíamos tomar el barco hacia Ilha Grande. Ahí comenzó todo.

Nos bajamos del auto, sacamos las valijas y gonza se acercó a pagarle. Yo miraba atentamente a ver si el tipo le pedía la plata acordada, y escucho que gonza le dice 120 reales. Es que tiene la maldita costumbre de querer darle más dinero al que es buena onda, yo ya le expliqué que la gente es buena pero no boluda, no te va a llevar a ningún lado si pierde plata, menos quién trata con turistas.

Gonza le da un billete de cien reales y otro de cincuenta y el tipo le explica que no tiene el vuelto para darle, entonces mientras gonza intentaba explicarle que le diera el billete de cincuenta que él iba a conseguir cambio, veo que el tipo con mucho cuidado cambia el billete de cien por uno de dos reales (muy astuto y lo hizo con una mano, casi imperceptible). Entonces obviamente le dice a Gonza que no le dio uno de cien sino uno de dos. Una cólera me agarró, inmediatamente me acerco y en voz alta le digo a Gonza “Le diste un billete de cien pero te quiere cagar, yo vi como lo cambió”. Como verán todavía siento bronca.

El tipo justo ahora no entendía castellano pero habíamos estado hablando todo el viaje. Le discutimos a muerte que nosotros le dimos de cien y el tipo se hacia el boludo de una manera espectacular, casi envidiable. Al final se dio cuenta que no podía cargarnos y nos dio el cambio, los treinta reales que nos correspondían y nos fuimos. Encima tuvo la caradurez de decirnos que nos dejaba el teléfono para que lo llamemos cuando querramos volver a Rio! Hijo de mil puta y la concha de tu madre. Decir que en ese momento uno queda ciego pero le tendríamos que haber sacado el billete de cincuenta de la mano y ninguna propina forro de mierda. Les juro que esto fue lo que más bronca me dio de todo este viaje. Ahh!

Caminamos unos pasos y enseguida un hombre nos gritó “ilha grande”. Allí fuimos, un barco blanco, nos sentamos y esperamos. Salimos como a la hora. Como era feriado el ferri que va siempre no funcionaba, así que el barco particular sale una vez que junta la gente necesaria. El viaje en barco es casi de una hora, muy bonito.


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