miércoles, 24 de marzo de 2010

El desastre

A la mañana siguiente, Lunes al fin, Gonzalo fue a cambiar los cheques. Volvió con la peor de las noticias, no cambian los cheques en Venezuela. Se me paralizó el corazón. La solución que encontramos fue empeñar la filmadora. Era lo que menos nos dolería perder. Averiguamos donde estaban esas casas de empeño y salimos. En El Vigía hace mucho calor y no hay agua, no hay rio, no hay lago, no hay agua en las casas. Nunca tuve tanta necesidad de tomar agua, el cuerpo pedía hidratarse a cada rato. Esto para que se imaginen lo que es caminar por la calle con el calor agobiante y la sed.

Fuimos hasta las casas de empeño pero ninguna compraba filmadoras, todas querían sólo oro. Ante la desesperación Gonza le dijo a una de las chicas del local de empeño que se la dejaba a 400 bolivares (cien dólares), se la regalábamos. Ahí lo pensó, nos dijo que volviéramos en una hora que había una persona interesada. Seguimos camino, pero el calor era tal que decidimos volver al local y esperar allí. Por suerte ya estaba la chica que quería la filmadora, se la mostramos y nos dio el sí, sólo teníamos que esperar al hermano para que trajera la plata, no iba a tardar. Mientras les contamos qué nos pasaba, por qué vendíamos la filmadora. Se ve que les dimos tanta lastima que cuando le pedí un vaso de agua la chica nos dijo que nos pagaba el almuerzo, le dijimos que con el agua estaba bien. La botella nos la bajamos en un minuto, el cuerpo se vuelve una esponja en El Vigía. Al fin teníamos plata, lo justo para volver a Colombia.




Les dejo esta fotito para no aburrirlos con tantas palabras y mala onda de esta última anécdota. En Venezuela fabrican la Sprite, es de Coca Cola Company, pero la llaman Chinotto, y a la Fanta, Hit.


1 comentario:

  1. Jajajajaja me mata esto del Chinotto...

    Una pena lo de la cámara, pero al menos están bien! Es lo que importa.

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