miércoles, 24 de marzo de 2010

Seguidillas de decisiones equivocadas, parte II

Sacamos los pasajes con los 100 bolvarianos, no nos quedaba ni un centavo. Miles de veces nos había pasado, lo que hacíamos era llegar al lugar, encontrar hospedaje y pagarle al día siguiente. Antes de subir al micro el que acomoda las valijas (no sé si tiene nombre el puesto) nos dijo que el micro no iba a Mérida. Enseguida lo encaramos al vendedor y al chofer, así era.. no iba a Mérida sino a El Vigía. Nos convencieron de que era un pueblo cercano, a 40 minutos de Mérida, que allí había más bancos que en Mérida, que nos convenía ir allí. Solamente teníamos que esperar unas horas a que abrieran los bancos y luego podíamos seguir camino. Dudamos, y viajamos igual. Recién cuando llegamos a El Vigía nos dimos cuenta que era domingo, tendríamos que quedarnos hasta el Lunes allí. Esperamos a que se hiciera de día y nos fuimos a buscar hotel. Comenzamos a desesperarnos cuando nos dimos cuenta que sólo había dos hoteles y ninguno de los dos nos quería hospedar si no pagábamos, nadie quería esperar al día siguiente. La situación nos estaba superando, no teníamos plata para hospedarnos, ni para comer. Me acerqué y le pregunté a un señor que estaba en la puerta de su casa si conocía otro hotel, y gracias a dios nos dijo que él alquilaba habitaciones. Ya teníamos techo.


1 comentario:

  1. =)Por suerte que los hospedaron!!! Me imagino que mal la deben haber pasado :S

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