miércoles, 24 de marzo de 2010

El viaje de vuelta

Los cuatrocientos bolivares nos alcanzaban justo para el micro hasta Maracaibo, el carro a Maicao y el otro bus hasta Santa Marta. Nos despedimos de María, no sabíamos como agradecerle todo, ella definitivamente era el alma de la casa. Ni siquiera nos cobró la comida, sólo lo que habíamos arreglado por la estadía, diez dólares (los demás nos cobraban 40 dólares). Llegamos a Maracaibo a las tres de la mañana e hicimos tiempo en la terminal hasta las siete de la mañana que fuimos a negociar con los carros, con quienes los manejaban, para ir hasta Maicao. Nos querían cobrar 140 y sólo teníamos 100. No querían bajar a ese precio, creían que estábamos regateando pero no era así, realmente no teníamos. Encima en ese momento nos enteramos que teníamos que pagar en la frontera 65 bolívares cada uno para salir de Venezuela, así que no nos iba a alcanzar la plata para llegar a Santa Marta. Igual no nos quedaba otra opción que seguir camino y resolverlo allí. Después de estar insistiendo con que no teníamos dinero realmente, nos informaron que había un bus que nos llevaba por menos plata. Detrás de la terminal salían los buses, por 80 viajamos los dos. Durante el viaje hasta la frontera empezamos a planear nuestra salida de Venezuela, la verdad que no sabíamos como hacer rendir la plata y al parecer la única opción era que me quedara del lado venezolano, que Gonza cruzara a cambiar los cheques a tiempo (los bancos cierran a la tarde y estábamos justos con el tiempo, el viaje hasta el banco mas cercano duraba 4:30 horas y eran las 11 am) y volviera a la frontera para que yo pudiese ingresar a Colombia. Al llegar al puesto de pago de la tasa fronteriza, invento del Sr. Chávez, nos dimos cuenta que era mas alejado de la frontera y por ende pagamos la tasa para salir de una maldita vez de Venezuela y que sea lo que dios quiera, nos quedaban 30 bolivarianos, muy poca plata. Ya estábamos en Colombia, no nos importaba nada. Dejamos atrás ese país sucio, con gente aprovechadora (a excepción de cuatro personas), contrabandistas (la nafta la cargaban en los garages de casas cualquieras, tenían bidones allí), policia corrupta. Chávez tiene a su gente en malas condiciones, sin agua, con calles que hacen las veces de basurero. Sé que Argentina no es un país de personas honestas y que hay gente que vive en la miseria pero Venezuela, creanme, está peor.



Les dejo otra foto de la casa de María, esa es la cocina. En las fotos no se ve tan terrible, lo sé.


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